La Plaza Arenales adquirió trascendente renombre por los famosos e inolvidables corsos, festejos carnavalescos y aniversarios patrios, ya que concurrían las escuelas, bandas del ejército, sociedades y cooperadoras policiales; y, permanentemente, la Banda de la “Societá Operai Italiani.”El primer corso fue organizado por la Sociedad de Fomento "El Triángulo", ubicada en Fernández de Enciso, Habana y Joaquín V. González (hoy Biblioteca Roque Sáenz Peña). Comenzaba frente a la Estación Villa Devoto, con un recorrido total de siete a nueve cuadras. Los palcos eran numerados y estaban colocados en el centro de la calzada. Las carrozas eran los carros de lecheros, carniceros, cocheros, chateros, y algún automóvil descapotable. Les decoraban las ruedas con papeles de color y otros adornos. Daban vueltas en redondo hasta terminar el corso. Se usaban los pomos de agua perfumada de varios tamaños y precios. Cada barrio formaba una comparsa o murga y cuando se encontraban se topaban en cantos de adivinanzas, mientras los directores de ambas payaban. El corso estaba matizado por la presencia de carros en las esquinas, algunos llenos de sandía, que vendían a cinco centavos la tajada; y otros que vendían pan y chorizos a quince centavos la porción. Siempre terminaban estos encuentros en una trifulca.
Texto: Naomi, Florencia y Romina - 3º B
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