lunes, 10 de noviembre de 2008

Las calles de antaño…un verdadero mercado

LOS FAROLEROS

Llevaban una escalerita sobre el hombro con un recipiente de latón, con un pico tipo pava, en el que cabían dos o tres litros de alcohol. A la caída de la noche los encendían y duraban hasta que se agotaba el kerosen.

LOS VENDEDORES
Vendían corderos y pavos vivos por las calles de Villa Devoto. Venían varios paisanos de afuera con trescientos o quinientos animalitos. Las ranas vivas las traían en una bolsa de arpillera y se vendían según el tamaño. Las liebres y las perdices las llevaban enganchadas en las puntas de una caña gruesa y dura, que apoyaban sobre su espalda. Los pajaritos se vendían por docena, atados con hilo de coser por las cabecitas.

Había carros donde se vendían cacerolas de barro, fuentes, macetas y porrones para beber agua fresca. Dentro del porrón colocaban cantos rodados para mantener el agua fresca. También estaban el canastero, el plumerero, el sillero y el gorrero.
El zapatero remendón iba por las calles con una horma de hierro de tres tamaños y arreglaba el calzado a domicilio.
Hubo un italiano que fue famoso en aquella época por su canto pregonando su mercadería. Cabalgaba con dos canastos de mimbre redondos a los costados de su caballo ofreciendo mondongo, chinchulines, librillo y tripa gorda.
El kerosenero también iba a caballo, llevando dos tambores de veinte litros cada uno con un chupador, con pico de lata.
¡Y no podía faltar el lechero!



Texto: Camila, Matías, Martina y Franco - 4º c
Foto del vendedor y su rebaño cruzando la Plaza – Año 1938: Madre de una alumna de 6ºB)

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